Sevilla tiene ese “no sé qué” que te atrapa al instante. Su mezcla de historia, arte, alegría y buen clima la convierte en uno de los destinos más especiales de España. Si estás planeando una escapada de 3 días, aquí te dejo un recorrido ideal para que no te pierdas nada importante y disfrutes al máximo, sin prisas pero sin dejarte lo mejor.
Día 1: El corazón histórico de Sevilla
Empieza el día fuerte con la joya de la ciudad: la Catedral de Sevilla y la Giralda. Sube hasta lo alto de la torre para tener una vista impresionante de la ciudad. Justo al lado está el Archivo de Indias, que también merece una visita rápida si te interesa la historia.

Pasea por el barrio de Santa Cruz, con sus calles estrechas, patios llenos de flores y ese encanto andaluz tan auténtico. Busca una terraza para comer algo típico: salmorejo, espinacas con garbanzos o un buen pescado frito.
Después de comer, dirígete hacia los Reales Alcázares, uno de los palacios más bonitos y mágicos que vas a ver nunca. Sus jardines son un remanso de paz. Reserva entrada con antelación porque se llena rápido.

Cena en una taberna con ambiente y termina el día con un paseo por el río Guadalquivir. Si te apetece, puedes subir a la noria panorámica o tomar algo en alguna terraza con vistas.
Día 2: Arte, parques y vistas de postal
Comienza con un paseo por el Parque de María Luisa y la espectacular Plaza de España. El lugar es perfecto para fotos, relajarse y disfrutar del buen tiempo sevillano.

Visita la Fábrica de Tabacos (hoy parte de la Universidad de Sevilla) y come algo en los alrededores. Si te gustan los mercados, pásate por el Mercado de la Encarnación para picotear algo.
Explora las Setas de Sevilla (Metropol Parasol) y sube al mirador para ver la ciudad desde otra perspectiva. Ideal al atardecer.
Para la noche, nada como un tablao flamenco auténtico. No hay nada como ver un buen espectáculo en directo para sentir el alma de Andalucía. Reserva con antelación para evitar sorpresas.
Día 3: Sevilla alternativa y relax
Cruza el río y explora el barrio de Triana. Pasea por sus calles, entra en sus iglesias y descubre su esencia más flamenca. No te pierdas el Mercado de Triana para tomar un desayuno diferente.

Haz una ruta en barco por el Guadalquivir o alquila una bici para recorrer la ciudad de una forma distinta. Para comer, busca algún local con terraza en la Alameda de Hércules, una de las zonas más animadas.
Para cerrar tu escapada con broche de oro, visita la Casa de Pilatos o relájate con un baño árabe en un hammam. Una forma perfecta de decir adiós a Sevilla con buen sabor de boca.

Sevilla en tres días da para mucho, pero seguro que te deja con ganas de volver. Lo bueno es que cada rincón tiene algo especial, y no importa cuántas veces vayas, siempre te sorprende. ¿Listo para enamorarte de la capital hispalense?